“Dále a la persona mucho tiempo para comer, ten en cuenta que puede llevarle a una persona una hora o más para terminar de comer”.
También recomiendan que “Si la persona no quiere comer, tomar un descanso, involucrar a él o ella en otra actividad, y volver a comer más tarde.”
Y por supuesto, “No criticar los hábitos alimenticios de la persona o exigisrle ni pedirle que coma más rápido.”
De igual manera afirman: “Las comidas deben ser relajadas, sin prisas, así que permita tiempo suficiente …”
La necesidad de más tiempo es consistente con la progresión de la enfermedad. A medida que el enfermo avanza por las etapas de la enfermedad de Alzheimer, su alimentación se hace más lenta y difícil y se necesitaba más tiempo.
Muchas veces parece que tengamos nosotros más prisas, que ellos hambre y cuando te das cuenta te dices: Bueno, paciencia, ahora mismo NO TENGO OTRA COSA MEJOR QUE PUEDA HACER EN LA VIDA..que alimentar a mi ser querido y hacerlo correctamente. Todo puede esperar un poco más.
Paciencia ante todo.
El ambiente alimentario
Las residencias de ancianos no son propicias para una buena alimentación. La presencia de estimulaciones negativas como ruidos y las distracciones son más comunes de lo que imaginamos. Las vocalizaciones negativas altas de otros residentes pueden ser una distracción perturbadora y, lamentablemente, también son muy comunes.
Hablar fuerte en el comedor por miembros del personal y miembros de la familia a veces también es común, y llegado un momento todo esto les distrae y no se centran en comer. Y esa es la misión: comer (y hacerlo correctamente).
¿Está la persona agitada o distraída?
Si está agitada, la persona probablemente no se sentirá lo suficiente cómoda para comer una comida completa. Piensa en cómo puedes reducir las distracciones en el comedor ….
¿Hay olores o ruidos fuertes en la habitación que puedan distraer a la persona de comer?
Sirve siempre las comidas en un entorno tranquilo, lejos de la televisión y otras distracciones.
Estas dos preguntas, así a bote pronto, pueden resultar insuficientes para encontrar los motivos, pero nos sirven como preámbulo para iniciar un recorrido por su vida, por la casa donde habite o vivió y encontrar otras razones que nos allanen el camino y nos sirvan para cumplir la misión de alimentarles bien hasta el último de sus días.
Además, aunque los preparados sean distintos, los sabores no tienen porque variar mucho de los de toda su vida. Los olores y sabores son una gran fuente de ayuda para su memoria aunque nosotros, a veces, lo pasemos por alto.
Por mi experiencia, he notado que la música en el momento de comer, puede ser tanto positiva como negativa. Les puede concentrar como desviar demasiado la atención del propósito que tenemos por delante. Por lo tanto, muy atentos, no sólo a los ruidos, sino que debemos “investigar” un poco y saber si sus canciones preferidas les ayudan e incitan acomer o por el contrario, si los “deja parados” y desvian su atención y se niegan a comer porque estén disfrutando de esas melodías tanto que no quieran deesconcentrarse de ese relajante/excitante momento.
La paciencia
Aunque la virtud de la paciencia puede ser el activo más importante que se tiene en la alimentación de un paciente o residente de Alzheimer, se dice poco sobre esta importante virtud. Alzheimer Association dice en este sentido únicamente:
“Sé Paciente”
Alimentar a la persona con Alzheimer puede ser uno de los deberes más estresantes de un cuidador.
Esto es especialmente así en las últimas etapas de la enfermedad cuando la alimentación se vuelve más difícil y masticar y tragar son problemas comunes.
Un intercambio amistoso
Establecer una relación con la persona o residente que se alimenta es fundamental. Un rostro sonriente y amistoso y el comportamiento con un toque suave hará mucho para establecer un escenario para conseguir el éxito. Uno debe simplemente asumir que quieren y deben comer, presentar un comportamiento amistoso, amable y proceder desde ese punto. Lo demás viene solo.
Fuente: Alzheimer Universal